Variabilidad glicémica: un marcador poco considerado

Publicado el 29 de agosto de 2018

Dr. Franco Giraudo A.

Médico Asesor FDJ

Tradicionalmente siempre escuchamos la importancia que tiene la hemoglobina glicosilada (HbA1c) como marcador del control metabólico que tenemos sobre nuestra diabetes, la que se relaciona directamente con el riesgo de microangiopatía a largo plazo, es decir el daño en los nervios, retina y/o riñón.

La fama que tiene este examen se debe al importante estudio llamado DCCT (Diabetes Control and Complications Trial), que hace ya décadas demostró el rol que la normoglicemia tiene sobre el evitar las complicaciones a largo plazo de la diabetes mellitus tipo 1 (DM1) y desprendió el valor “mágico” de la hemoglobina glicosilada de 7% en adultos, valor bajo el cual los riesgos disminuían tanto que se consideró como aceptable.

Desde entonces ha avanzado mucho la ciencia y tecnología, surgiendo nuevos conocimientos que muchas veces no consideramos. El ejemplo claro es el de la variabilidad glicémica y el rol que ésta también tiene sobre las complicaciones futuras de la diabetes, las que son susceptibles de ser evitadas.

La variabilidad glicémica, definida como el rango de glicemias en el que nos movemos a diario – por ejemplo, entre 60 a 240 mg/dl – se ha estudiado como uno de los factores más importantes a la hora de predecir futuras complicaciones, y es que cada vez que nuestra glicemia oscila – sube y/o baja muy rápido -, se producen en exceso sustancias llamadas radicales libres, los que son capaces de destruir otros compuestos de nuestro organismo, causando daño en los pequeños vasos sanguíneos, los que son responsables finalmente de las ya mencionadas complicaciones crónicas.

Lo bueno es que actualmente esta variabilidad, que hace años se asumía como la normalidad en el tratamiento de la DM1, hoy en día puede ser minimizada, gracias a las modernas insulinas que disponemos – como análogos ultra rápidos y ultra lentos – y a la mayor monitorización que podemos tener de nuestra glicemia, ya sea de manera capilar con el tradicional glucómetro y/o con los diversos tipos de sensores de glucosa continuos que han aparecido en el mercado.

Durante muchos años existió el miedo de las hipoglicemias severas, aquellas que implican la pérdida de conciencia y/o convulsiones, mientras mejor control 

metabólico obteníamos. Esto ya es cosa del pasado, ya que estudios recientes han sido categóricos en demostrar que actualmente se pueden conseguir niveles de Hemoglobina glicosilada dentro de l

os límites para la edad, sin aumentar el riesgo de las temidas hipoglicemias severas. Pagar el buen control metabólico con hipoglicemias es cosa del pasado.

Así entonces, el objetivo moderno del tratamiento de la DM incluye no solamente el mantener un nivel glicémico óptimo en base a una hemoglobina glicosilada dentro del rango para la edad, sino también el conseguir ésta con la menor variabilidad posible.

Como ejemplo veamos a Pipe, él es un niño que tiene un promedio de notas de 5,0 en el colegio, entonces uno puede decir, “bueno Pipe tiene un rendimiento dentro del montón, no es bueno ni malo”, siendo que Pipe tiene nota 5,0 en historia, 5,0 en matemáticas, 5,0 en lenguaje, 5,0 en arte y 5,0 en educación física. Pero ¿y si Pipe tuviera nota 7,0 en matemáticas, 7,0 en lenguaje, 5,0 en historia, 3,0 en arte y 3,0 en educación física? Creo que ya no afirmaríamos lo mismo de Pipe, pues el ahora sería MUY bueno en matemáticas y lenguaje, promedio en historia y MUY malo en arte y educación física… ya no podríamos afirmar que Pipe es del montón.

Pues bien, con las glicemias es lo mismo, ya que una hemoglobina glicosilada de 6,9% (dentro de cualquier rango para la edad, “adecuada”) no será la misma si se consigue con glicemias en torno a los 120 mg/dl siempre, o si es producto de glicemias de 30 y 200 mg/dl, lo que producirá igualmente problemas en nuestro cuerpo en el futuro.

Por ende, la invitación es a revisar este nuevo dato y ponerlo en práctica, ya que mientras más estables sean nuestras glicemias, menor será el riesgo a largo plazo. Acá van unos consejos que te pueden interesar:

  • Contrólate tu glicemia frecuentemente, como mínimo 5 veces al día. Siempre debe ser antes de una comida y antes de acostarte; ojalá también 2 horas post comidas y durante la noche, de vez en cuando.
  • Si utilizas un sensor de glucosa continuo, no olvides medir tu glicemia capilar, pues los sensores miden la glucosa que está entre las células – en el líquido intersticial – y no la de la sangre, por lo que el resultado informado representa lo que en tu cuerpo ocurrió hace 15-20 minutos. Existen sólo algunos sensores aprobados que permiten utilizar el dato para tratar un hipoglicemia o decidir una dosis de insulina, pero no son los disponbles habitualmente en Chile.
  • Ejercítate con regularidad, al menos unas 3 veces por semana, una hora cada vez. Esto ayuda a disminuir la variabilidad glicémica y de forma paralela ayuda a tus vasos sanguíneos y corazón. El ejercicio debe cansarte y puede ser realizado en bloques de menos de 1 hora, pero logrando ese total durante el día. OJO con programar tus insulinas y comidas para evitar complicaciones en el momento y a posterior, como hipoglicemias que pueden llegar hasta 16 horas luego.
  • Evita el consumo de alimentos con índice glicémico elevado, ya que es más difícil de neutralizar, sea cual sea la insulina que utilices.
  • Inyéctate la insulina antes de una comida, ojalá unos 10 a 15 minutos antes si utilizas insulina ultra rápida, ya que ésta a pesar de ser muy rápida, no logra evitar el alza glicémica de una comida si la utilizas cuando ya estás comiendo o posterior a la ingesta. El tiempo que debes esperar dependerá de la glicemia que tengas en el momento, debiendo esperar más con glicemias mayores.
  • No te frustres si a pesar de todo, los resultados no son tal cual los esperabas, ya que debemos recordar que la DM1 es una condición multifactorial y es muy difícil pensar como páncreas todos los días, por lo que siempre habrán escapes glicémicos y resultados no óptimos. El secreto está en no desanimarse y ser capaz de aprender de lo sucedido, para evitarlo en una futura oportunidad.

¡Ánimo mi amigo, que verás que mientras más energía le dediques a esto, más cosecharás a futuro!

Saludos y espero te haya servido este artículo, 

Franco Giraudo (viviendo con DM1 desde hace 23 años) 

 

 

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